Cuando pensamos en un regalo … ¿qué es lo primero que nos planteamos? normalmente pensamos en esa persona a quien va dirigido, lo que le puede gustar más , qué queremos transmitirle, en definitiva: «acertar» que no siempre es fácil. La mejor opción podría ser ponernos en el lugar de dicha persona e imaginarnos el momento que recibe nuestro obsequio. Desde este momento, ya tenemos un valor añadido a nuestro regalo «nos estamos preocupando de hacer feliz a esa persona»
Como ejemplo, hace unos días, nos encargaron una réplica en chocolate de esta imponente «máquina»:
Seguro que para muchos de nosotros, profanos en el campo de la electro-medicina, tenga otro sentido, pero para la persona que la creó, recibirla de sus seres queridos, es todo un homenaje, una tremenda emoción para celebrar y compartir un momento especial
A eso nos referimos cuando hablamos de «personalización», por que no somos iguales, no nos gustan las mismas cosas, y eso es grandeza, por eso, nos encanta preparar regalos tan personales y exclusivos, dar vida al chocolate, moldearlo, y convertirlo en pequeños momentos de felicidad